miércoles, 8 de septiembre de 2010

La violencia en Bolivia

   Violencia en Bolivia


En Bolivia, vivimos rodeados de violencia. Esta violencia le cuesta al país 1700 millones de dólares al año: una cantidad que supera ampliamente la suma de lo invertido en educación y en salud. Con más de 55 muertes violentas por cada 100 mil habitantes al año, el país está, desde hace varios años, en la lista de los más violentos del continente.

Esa tragedia nos hace vivir en tensión permanente. El transporte en autobús, por ejemplo – algo que tiene que hacer cada jornada el 80% de los bolivianos – es una acción cargada de temor e inseguridad debido a que sigue creciendo el número de acciones violentas en las unidades de transporte público. Lo mismo podemos decir de muchas comunidades marginales y hasta de los alrededores de algunos institutos nacionales en los que se ha hecho necesaria la presencia policial. Hay violencia en la forma en la que nos manifestamos en la calle para protestar y exigir nuestros derechos, y hay violencia en la manera en la que rechazamos todas las manifestaciones de inconformidad.

Una mirada atenta nos permitirá reconocer que la violencia está en todas partes y se expresa de formas distintas: – algunas de ellas muy sutiles – en la familia, en las iglesias, en los ambientes laborales, en la calle, en los estadios, en las aulas y en los supermercados. Se ejerce violencia negando la palabra en la familia, despidiendo a los lideres sindicales, haciendo de la escuela y el templo lugares en los que se trasmiten verdades incuestionables, reduciendo el deporte a competencia, vendiendo productos con fechas vencidas, promoviendo un tipo de libre mercado que, por tener sus propias leyes, no acepta ninguna restricción.

Vivimos rodeados de violencia. Continuamente somos victimas o responsables de acciones violentas, a tal punto que hemos desarrollado cierta inmunidad. Y vemos la violencia como un acto común que no podemos evitar.

Los diarios de mayor circulación del país reportan diariamente el número de muertos casi con la normalidad con que se reportan los precios internacionales del café y del petróleo. Los periódicos aprovechan al máximo estos hechos lamentables que nuestro país atraviesa día a día. Y como no aprovecharlo si las noticias violentas hacen que estos periódicos se vendan como pan caliente.

La condición violenta en la que nos vemos obligados a vivir cotidiana mente suscita en los ciudadanos muchas interrogantes: ¿por qué no acabo la violencia después de los acuerdos de paz? ¿Cuáles son las causas de este fenómeno? ¿Qué podemos hacer para enfrentarla?

Aunque se han dado muchas explicaciones al fenómeno de la violencia, muchas de ellas son parciales por haber sido formuladas en contextos de campaña política.

Otros creen que la principal causa de la violencia es la pobreza en la que viven sumidos millones de bolivianos. También aquí podríamos observar que países como Nicaragua, con menores índices de desarrollo humano, sufren menos violencia que nosotros. También hay quienes intentan conectar la violencia con el autoritarismo y las formas antidemocráticas de gobierno sufridas desde la colonia. Algunos grupos religiosos encuentran la causa de la violencia en la ruptura familiar y en la falta de educación en valores.

Si nos ponemos a pensar en las causas de la violencia, cada uno tiene una crítica diferente y busca la causa de la violencia por diferente camino. Y como estar seguro de estar en lo correcto?

Los países más ricos del mundo, ganan parte de sus ingresos con la fabricación de armas y curiosamente son los primeros en levantar la voz cuando se habla de “PAZ MUNDIAL”

Pensemos en la celebre frase del escritor Ruso León Tolstoi “Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia.”

Hijos de “cleferos” viven una pesadilla en las calles




04 de agosto de 2010


Ángela (nombre ficticio) es la hija de una pareja de inhaladores de clefa; tiene apenas un año y a su corta edad ya ha pasado los peores momentos de su vida al lado de sus progenitores: una verdadera pesadilla. Vive entre cartones a un lado de La Costanera, cerca del puente 14 de Enero, donde pasa hambre y frío.
En Cochabamba según el estudio del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), existen 446 personas que viven en la calle, son inhaladores de clefa y consumidores de alcohol. Casi la mitad son adolescentes y son padres de 55 niños cuyas edades oscilan entre los 4 y 12 años.

INDIGNANTE. El pasado domingo, cuando decenas de familias disfrutaban del fin de semana, Ángela estaba sentada en el suelo con la ropa desacomodada y los cabellos despeinados. Tenía el rostro cubierto de lágrimas y sus gritos de dolor quedaban silenciados por su madre que protagonizaba una pelea con su pareja.
La cancha multifuncional de La Costanera que a veces es el lugar de juegos de la niña, se convirtió en un cuadrilátero para sus padres. Bajo los efectos de la droga no dudaron en utilizar a la pequeña como “conejillo de indias” para llamar la atención del otro, en especial la mujer que amenazaba con irse del lugar, pero a la vez no quería moverse. La pelea se prolongó por más de media hora, tiempo en que la niña fue llevada de un lado a otro en medio de empujones, gritos y golpes.

“Yo me la voy a llevar, déjame”, gritaba el padre mientras intentaba acercarse a la mujer que como una fiera defendía su territorio con una piedra en la mano y la niña en la otra.

“Ándate con tu chola, pero te voy a matar. No nos vas a volver a ver”, amenazaba la mujer.

SOCORRO Las vendedoras del lugar alarmadas por lo sucedido salieron en defensa de la pequeña e intentaron protegerla de la pelea, pero tuvieron que retirarse porque la pareja estaba bajo efectos de la droga, tenía sendas armas blancas y no entendían razones. Les amenazaron con llamar a la Policía, pero nada detuvo el conflicto.
“Así siempre es, a veces peor se pelean, llegan a la avenida y nadie hace nada. Más bien los defienden”, comentó uno de los lavadores de autos del lugar.

Para estas personas ya no es una novedad lo que sucede, más al contrarioexplicaron que son las mismas autoridades que permiten esta situación, los protegen y no quieren quitarles a sus hijos pese al riesgo en el que se encuentran.

Algunas instituciones, han intentado cumplir la ley y proteger a los niños, pero no lo ha logrado. Existe un centro de parejas drogodependientes donde pueden quedarse, no lo hacen y prefieren vivir en la calle.

“No hay un real compromiso”

La rehabilitación y reinserción laboral de parejas y jóvenes con familia, que viven en situación de calle, atraviesa por varias limitaciones, entre ellas, la falta de un real compromiso personal de los afectados. El Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), a través de la Unidad de Justicia Juvenil Rehabilitación y Apoyo Educativo, brinda apoyo para que personas, parejas y familias drogodependientes en situación de calle puedan rehabilitarse.

“Se les proporciona un techo, alimentación y ropa, sin embargo, como es un programa para voluntarios, algunos no regresan”, señala la responsable de la Unidad, Carola Salazar.

Dijo también que el trabajo inicia en las calles a través de profesionales voluntarios que identifican a personas para integrarlos al programa. En esta etapa la tarea inicia con la motivación, la confianza y el respeto. La rehabilitación se realiza a través de terapias y talleres de capacitación de grupo e incentivos para emprender estudios y/o trabajar.




Ley prevé quitar la custodia

María Teresa Navarro (*)

Especial para Opinión

La problemática de la violencia contra la niñez es la más álgida en nuestra sociedad donde este sector es el más vulnerable. La agresión física y psicológica que atraviesan los niños en situación de calle es más crítica, porque están expuestos al maltrato de sus padres, pero también de la sociedad. Cuando se identifica el maltrato intrafamiliar, donde la familia no se constituye en un factor de desarrollo para el niño, lo primero siempre es velar por el más desprotegido.
Nuestra legislación a través del Código del Niño, Niña y Adolescente, faculta a las autoridades e instituciones a quitar la custodia de los hijos a los padres agresores.

Pero los niños en situación de calle, no sólo son los cleferos, sino también todos quienes se exponen diaramente a los peligros de la calle, entre ellos están los que lavan autos, piden limosna y los que están en el cementario, entre otros en nuestra sociedad.

Estos niños, además del maltrato de sus progenitores, sufren el maltrado de la sociedad que los identifica como “inadaptados sociales y un problema para la sociedad”. Las agresiones pasan de los golpes físicos y psicológicos, al sometimiento. La explotación laboral, prostitución, delincuencia son algunas situaciones por las que atraviesan los niños.

Dos millones de niños en Bolivia sufren de extrema pobreza
 Santa Cruz - Bolivia

27 de agosto de 2010



El informe del Estado Mundial de la Infancia presentado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés) reveló, ayer, que en Bolivia la población infantil se debate en la extrema pobreza, el abandono y las diversas formas de violencia a la que son sometidos los niños, niñas y adolescentes.



Los datos se desprenden del informe que representantes de Unicef y de las Naciones Unidas presentaron sobre el Estado Mundial de la Infancia por los 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño.



Según el informe, en Bolivia existen dos millones de niños en situación de extrema pobreza, 800 mil niños trabajan en las calles, 6 mil niños viven en las calles, 2 mil viven en recintos penitenciarios y más de 32 mil están recluidos en hogares para niños abandonados.



La misma fuente revela que dos de cada diez niños, niñas y adolescentes son víctimas de violencia física, sexual y trata de personas. "Ése es el costo de la migración".



El representante Adjunto y Oficial a cargo de Unicef en Bolivia, Ludwig Guendel, señaló que en el caso de la niñez indígena los datos "son más preocupantes", al revelar que nueve de cada diez niños vive por debajo de la línea de la pobreza.



"Adicionalmente en Bolivia la práctica del trabajo infantil es una problemática que afecta al 28 por ciento de la población de niños entre los 5 a 12 años de edad.


http://www.youtube.com/watch?v=KcZEXxOeQWg